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Bienvenido a la era “revival”

Bienvenido a la era “revival”

Si como yo tuviste la suerte o desgracia de nacer en los 70, seguramente tendrás la misma sensación que me viene persiguiendo a mi desde hace ya unos años: todo vuelve.

 

La cosa empezó a llamar mi interés principalmente por la música. Debo reconocer, aunque con dos dedos tapándome los ojos y la cabeza gacha, que una de las costumbres que el tiempo a dejado incólume en mi, es la de escuchar una... mmmm... vamos a llamarle “popular” cadena de radio: Los 40 principales. Qué le vamos a hacer, al menos me queda la excusa de no estar haciéndole daño a nadie...

 

Recuerdo que estaba yo en la ducha, haciendo mis pinitos matutinos como bailarina acuática, cuando empezaron a emitir una canción de Mecano.

-Ya está, ya me ha vuelto a cambiar las presintonias de MI radio y me ha encolomado RAC 105 en primera posición. – fue lo primero que pensé.

 

Pero la canción que sonaba contaba con un ligero matiz moderno que no conseguía reconocer del disco, evidentemente de vinilo, que yo poseía desde mis años mozos y en el que salía la misma canción que ahora sonaba “yo soy uno de esos amantes....trilolilolilo”. Decididamente el trililolilo de esta versión sonaba diferente...y lo era, en cuanto la conocida melodía acabó, un locutor “estándar” de la emisora (os habéis fijado en que son todos iguales? A veces creo que la cadena son 3 personas que se van turnando) informó de que ¡¡¡Por Fin!!! disponíamos de  nuevo álbum de Ana Torroja con las mejores canciones de Mecano remasterizadas.

 

Mi primer pensamiento al respecto? Mira tu qué bien, qué gracia, Mecano, qué recuerdos, qué añoranza de aquellos años en los que una aun no había entrado en el mundo de los pecados, de cuando todavía se podía ser feliz sentada en un banco de un parque con una bolsa de pipas mientras se comentaba lo que fuera con los que en otro tiempo fueran tus amigos del alma... y ahí quedó la cosa.

 

Al cabo de pocos días me encontré con un amigo por la calle al que le brillaban los ojos de alegría. No me costó mucho sacarle el porqué: llevaba debajo del brazo una caja de DVD con la temporada completa de Oliver y Benji!!!! Mientras me lo contaba, notaba como sus dedos acariciaban una y otra vez el archivador, como para asegurarse de que era real, de que seguía allí. La verdad, me dio un poco de miedo..

 

Cuando llegué a casa lo comenté con mi pareja, el fan de RAC 105, y cual sería mi sorpresa cuando, no solo se emocionó casi hasta las lágrimas cuando le dije que sí, que creía que era la colección completa y original, sino que prácticamente me arrolló de camino al móvil para llamar a nuestro amigo y rogarle una copia del material. Percibí una pequeña posibilidad de que mi querido novio no encontrara desproporcionada la emoción que sentía nuestro amigo.

 

Hasta el momento la cosa había tenido sus momentos de gracia y añoranza incluso, pero llegó el día en el que al ir a dejar a mis retoños en manos de mis suegros, quise indicarles los canales del TDT que ofrecen dibujitos casi todo el día, para poder tener a las furias entretenidas...

-No, no, si no hace falta, les hemos comprado unas colecciones de dibujos que creemos que les gustarán más. – Soltó tan fresco mi suegro.

 

Dios mio!! Allí estaba mi niñez televisiva al completo! Ante mi se desplegaban  Heidi, Jaqui y Nuca, la abeja Maya, Marcos... Por un momento creí haber sufrido una regresión por estrés y me pude ver viviendo en medio de una realidad virtual creada por mi cerebro, que me impedía pasar de los 10 años de edad. Pero no, una patada en las espinillas hecha con todo el amor de una hija me hizo volver al presente y, con la boca abierta, atiné a preguntarle a mi suegra por la exposición de DVD’s.

-Ay hija, pues son de una colección que ofrecían por la tele. 

Claro, de lo más normal, como ahora ya no hacen dibujos infantiles hay que tirar del pasado. El tema de la evolución pasó rozándome el entendimiento, pero preferí no dar alas a las preguntas que tenía en mente, por no preocupar a mi familia política inútilmente por mi bienestar mental.

 

A partir de ahí mis ojos buscaban “revivals” allá donde fuera. Y los puñeteros atinaban con una media sorprendente de aciertos. Todavía me afloran las lágrimas de emoción al ver la primera botella de leche Letona que entró en mi casa después de años y años de darla por perdida. Incluso con el mismo diseño de etiqueta!

 

Está claro, lo que vende hoy en día es la añoranza, el ver un cacho de tu pasado en tu presente y suspirar por lo que se tuvo. El poder enseñar a tus hijos, con una sonrisa bobalicona pintada en el rostro, los bollos que nosotros nos zampábamos en el recreo, que casualmente han vuelto al mercado con las mismas promociones de antaño (en serio, ¿alguien conoce a algún crío que se haga las colecciones de cromos del fútbol español?) dar una vuelta con la familia montada en un coche escarabajo de los modernos con estética de años 60, mientras en el cargador de CD’s se apretujan los recopilatorios de 20 grupos de música desaparecidos del mapa hace un mínimo de 20 años y que ahora, oh milagro de los milagros, se han vuelto a juntar.

 

Ya hace un tiempo que no me molesta el “revival”, una vez aprendes a vivir con los fantasmas del pasado que te visitan continuamente, la cosa no está tan mal. De echo, a mi me va perfecto, ahora cuando algún invitado a mi santo hogar nos complace con un comentario sobre la falta que le hace al piso una reforma integral, le soltamos tranquilamente

-No, si es que es así, puramente “revival”. - Y tan anchos oye.

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